La conciencia en uno mismo es fundamental para la penetración psicológica; esta es la facultad que gran parte de la psicoterapia intenta fortalecer. En efecto, el modelo Howard Gardner con respecto a la inteligencia intrapsiquica es Sigmund Freud, el gran cartógrafo de la dinámica secreta de la psiquis.
Como dejo claro Freud, gran parte de la vida emocional es inconsciente; los sentimientos qu...e se agitan en nuestro interior no siempre atraviesan el umbral de entrada a la conciencia. La verificación empírica de este axioma psicológico surge, por ejemplo, de experimentos sobre las emociones inconscientes, como el notable descubrimiento de que la gente forma gustos definidos con respecto a cosas que ni siquiera se ha dado cuenta de que ha visto antes. Cualquier emoción puede ser y a menudo es, inconsciente.
El comienzo fisiológico de una emoción ocurre típicamente antes de que una persona conozca conscientemente el sentimiento mismo, por ejemplo, cuando una persona le tema a las serpientes, se le muestra la imagen de una, los sensores de su piel detectan la transpiración, una señal de ansiedad, aunque ella diga que no experimenta ningún temor, la transpiración aparece en esas mismas personas incluso cuando la imagen de la serpiente aparece tan rápidamente que no tiene conciencia de que la ha visto exactamente, para no hablar de que empiezan a sentirse ansiosas. Mientras esa agitación emocional preconsciente sigue formándose, acaba volviéndose lo suficientemente fuerte para convertirse en algo consciente.
Así las emociones que arden bajo el umbral de la conciencia pueden ejercer un poderoso impacto en la forma que percibimos y reaccionamos en nuestra realidad, aunque no tengamos idea de que están funcionando.
El autodominio, el ser capaz de tomar el control de los avatares de nuestro propio destino, entrenando nuestro subconsciente es la clave para el bienestar tanto emocional como material .
Sensei Diego Labrousse.
Como dejo claro Freud, gran parte de la vida emocional es inconsciente; los sentimientos qu...e se agitan en nuestro interior no siempre atraviesan el umbral de entrada a la conciencia. La verificación empírica de este axioma psicológico surge, por ejemplo, de experimentos sobre las emociones inconscientes, como el notable descubrimiento de que la gente forma gustos definidos con respecto a cosas que ni siquiera se ha dado cuenta de que ha visto antes. Cualquier emoción puede ser y a menudo es, inconsciente.
El comienzo fisiológico de una emoción ocurre típicamente antes de que una persona conozca conscientemente el sentimiento mismo, por ejemplo, cuando una persona le tema a las serpientes, se le muestra la imagen de una, los sensores de su piel detectan la transpiración, una señal de ansiedad, aunque ella diga que no experimenta ningún temor, la transpiración aparece en esas mismas personas incluso cuando la imagen de la serpiente aparece tan rápidamente que no tiene conciencia de que la ha visto exactamente, para no hablar de que empiezan a sentirse ansiosas. Mientras esa agitación emocional preconsciente sigue formándose, acaba volviéndose lo suficientemente fuerte para convertirse en algo consciente.
Así las emociones que arden bajo el umbral de la conciencia pueden ejercer un poderoso impacto en la forma que percibimos y reaccionamos en nuestra realidad, aunque no tengamos idea de que están funcionando.
El autodominio, el ser capaz de tomar el control de los avatares de nuestro propio destino, entrenando nuestro subconsciente es la clave para el bienestar tanto emocional como material .
Sensei Diego Labrousse.
